Un disco que no había oído más allá del I'm only happy when it rains y que me va ganando con las sucesivas escuchas. Me parece un disco congelado en el tiempo, muy hijo de su época por así decir. Se queda en los discos revisitables. Podría ser el principio de una bonita amistad. El tiempo dirá.
Un clásico imperecedero, mezcla perfecta del jazz y el hard rock.
Un grato descubrimiento que catalogoría como música de ascensor desde mi supina ignorancia en este género. Ello no quita que la escucha haya sido más que agradable.
No es mi estilo favorito. En general, y desde la ignorancia más absoluta del género, me parece demasiado monónoto. Solo puedo valorarlo en una escala de disfrute, y no me dice gran cosa.
Uno de los motivos por los que decidí apuntarme a esta iniciativa. Explorar grupos o artistas nuevos sobre la base asentada de su presunta calidad, pero que nunca me habría puesto o ni siquiera entraban en mi radar, que por lo demás reconozco que es limitado. Ha sido una sorpresa agradable para mí. No es el disco que estaba buscando, pero se queda también en mi recámara. Me ha llegado a atrapar ese ambiente minimalista y sobrio, del álbum. Un 7,5.
Creo que el álbum no acaba de envejecer del todo bien, por muy innovador que fuera el uso de teclados y sintes en aquella época. Se me hace un poco cargante.
Admitiendo su valía, este grupo no es para mí. O tal vez es que no me acaba de hacer gracia el post punk y soy muy muy selectivo con la new wave. Puntuación en estricta escala de disfrute. La voz a veces me saca de mis casillas.
Un disco impresicindible de principio a fin. Clásico indiscutible.
Extraño sincretismo musical con dejes noise que no ha conectado en ningún momento conmigo. Y no será por falta de oportunidades.
Este disco representa como ninguno la razón de por qué quería escuchar esos 1001 discos. Para descubrir joyas como esta. Un absoluto diez de diez. ¿Dónde has estado toda mi puta vida?
Otro clásico más del que difícilmente puede decirse algo nuevo. En mi escala de gustos personal, pongo por delante otras cosas que ha hecho Clapton, como sus discos con Cream, "Slowhand" en solitario, o Blind Faith. Delicattessen, en cualquier caso. Y luego Layla, of course.
Tribalismo y sonidos étnicos para un disco que, teniendo mis respetos, no podría disfrutar plenamente a no ser estando puesto de sustancias psicotrópicas. Un apunte curioso en la trayectoria del legendario Ginger Baker.