Incluye himnos como The Number of the Beast y Run to the Hills. Buen disco de metal, icónico, como Eddie controlando al diablo.

Nada que ver con la imagen que tenía de los Kinks. Disco muy Beatlelesco muy agradable. La pega es que no se me ha parecido ninguna canción memorable.

Seguramente será disfrutable en un club con un whisky y un cigarro; pero, en casa, el jazz no parece para mí

Una delicia de escuchar. Qué buenos temas nos tendría guardados.

La verdad es que es un disco que te abraxa, te da calorcito y te llena de ritmo el cuerpo.

Me recuerda a Ross tocando los teclados